Apareció en la madrugada entre las sombras del crepúsculo y ancló entre el puerto y la Isla Gorriti. A pesar de su inmensidad, durante el día pasó desapercibido: tres gigantes cruceros lo rodeaban y achicaban la magnitud de sus formas. El yate en cuestión se llama Tribù. Y es la casa flotante del magnate de la moda italiano Luciano Benetton, que vino a estas costas como parte de una vuelta al mundo pensada para estrenar su nave. El Tribú es lujoso, enorme, carísimo y, la novedad, ecológico.
Esta embarcación fue la primera de su categoría en recibir la Green Star, un certificado que hasta ahora sólo habían visto modernos cruceros. El nuevo barco de Benetton no contamina. Cuenta con un sistema de almacenamiento de todas sus aguas que son tratadas en contenedores y se pueden conservar durante días. Luego, se descargan en tierra o, una vez tratadas, se devuelven limpias al mar. Además, el Tribù, que flota frente a La Mansa, tiene un sistema que reduce la emisión de dióxido de carbono. Mide nada menos que 50 metros de largo y 10 de alto, fue construido en Italia y costó 24 millones de euros.
En el puerto esteño hay mucho silencio acerca de la presencia del empresario de 73 años, y de su nave. "El barco es tan grande que no puede amarrar en el puerto. Por eso permanece lejos", contó una persona del puerto que acompañó a la Prefectura hasta el Tribù a recibir la documentación necesaria para estar aquí. "Son muy amables, nos hicieron subir y nos convidaron bebidas. Hay mucho lujo ahí adentro, es lo que te puedo contar", comentó la fuente. Igualmente, Clarín puedo averiguar que el Tribú tiene jacuzzis, pisos de mármol, un gran piano y una cocina gourmet. Y se quedará aquí unos días más. Después, Luciano Benetton pondrá proa hacia Colonia y es probable que el martes 13 arribe a Buenos Aires.
Fuente:http://www.clarin.com
Fecha:09/01/2009
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