viernes, 19 de octubre de 2007

Historia de Acindar


La segunda guerra mundial produjo un serio problema para la construcción. A raíz de la concentración en la producción bélica, y las dificultades del transporte marítimo, comenzó a escasear la provisión de barras de acero, elemento imprescindible para esta actividad. Ante esta preocupación, los titulares de las empresas constructoras Acevedo y Shaw y la Compañía de Construcciones Civiles de Aguirre y Aragón comenzaron conversaciones para encontrar una salida a este problema.

Ya en Octubre del mismo año, la empresa se transformó en una Sociedad Anónima, con un capital inicial de un millón de pesos. Para esa época se completaba el montaje de la planta en la Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe.

No fue fácil el traslado del tren laminador atravesando la Cordillera de los Andes con los precarios medios disponibles en la época. También fue necesario recurrir a una gran imaginación para suplir elementos sofisticados, no disponibles en nuestro país, adaptando aquellos que pudieran obtenerse. Así se utilizaron repuestos de viejas locomotoras o tractores en desuso, y otras piezas que parecía imposible que pudieran suplir a las originales.

Finalmente, con un precario tren laminador, comenzaron a laminarse paquetes de chatarra. Poco tiempo después se incorporó un pequeño horno Siemens Martin, originalmente diseñado para 15 toneladas y luego mejorado para llegar a producir 30 toneladas.

Acindar estaba en marcha. Obra del ingenio argentino, y de un grupo de hombres que tuvo el valor de emprender la aventura con el aporte de su empuje y capital.

Finalizada la guerra, la reconstrucción de Europa requería de todo el acero disponible. Ello indicaba que era necesario avanzar en la producción de este vital elemento.

En 1946 se retira el grupo Chileno, quedando la empresa en manos de los accionistas nacionales. En 1948 comienza a cotizar sus acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Atento a la necesidad de expandir sus actividades, en 1951 se instala en la Ciudad de Villa Constitución, también en la Provincia de Santa Fe, con un moderno tren de laminación Morgan.

Por supuesto Acindar debió afrontar las vicisitudes propias de la errática economía argentina.

Distinta fue la suerte de los variados proyectos que se encararon. Entre otros, se constituyó una fundición –Acinfer-, con el propósito de producir boggies para ferrocarril. También se avanzó en una fábrica de caños plásticos –Acinplast- y en otra empresa dedicada a la fabricación de piezas estampadas para la industria automotriz –Armetal- Entre los años 1962 y 1963 se constituyó, en asociación con el grupo Thyssen, la firma Marathon, con el objeto de producir aceros especiales.

Posteriormente, Acindar adquirió la participación del grupo Thyssen, constituyéndose esas instalaciones en una división de la empresa.

Desde el inicio, fue intención del Ing. Acevedo llegar a una planta integral, es decir que partiendo del mineral de hierro se hiciera el proceso completo hasta llegar a los productos terminados. Varios fueron los intentos que no prosperaron básicamente por una oposición del Gobierno. Finalmente, en 1975 se aprobó el nuevo plan de Acindar, e inmediatamente se inició la construcción de una planta de reducción directa, una acería con tres hornos eléctricos y una colada continua, además de las instalaciones auxiliares que incluían un puerto mineralero. Este fue un hito de suma importancia para la empresa que pudo controlar la producción de su propia palanquilla, no dependiendo del suministro por parte de Somisa.

Otro de los acontecimientos más importantes en la vida de Acindar fue la fusión con el grupo Gurmendi. En virtud de ella, se incorporaron las plantas de Gurmendi S.A., Genaro Grasso S.A. (productora de Tubos) y Santa Rosa S.A. (productora de aceros especiales).

Esta decisión permitió mantener abiertas las plantas más eficientes y cerrar aquellas con menor productividad, con ello se ganó en competitividad y se pudo superar un momento muy difícil para la industria en general y la siderurgia en particular.

Con los altibajos propios de esos años, llegamos a la década de los 90 donde en lo que respecta a la siderurgia se produce un acontecimiento de fundamental importancia. Se privatizan las empresas del sector que estaban en manos del gobierno, con lo que desaparece un factor distorsivo para la actividad privada.
Dado el crecimiento de la economía, Acindar decide acompañar el mismo, realizando importantes inversiones para incrementar la producción y mejorar tanto la calidad como la eficiencia. Cuando las mejoras introducidas debían comenzar a dar sus frutos se conjugan una serie de situaciones que llevan a la empresa a una situación extremadamente difícil.

En efecto, a partir del segundo semestre de 1998 se observa una fuerte caída en la demanda interna. También se verifica una reducción importante de los precios en el mercado externo y, finalmente, la devaluación de Brasil nos descoloca en materia de precios frente a los productos de ese origen. La situación fue agravándose con el correr del tiempo sin que el Gobierno encontrara una solución. Así se llegó a una situación caótica a fines del 2001.

Con anterioridad a estos acontecimientos, la familia Acevedo, que ejercía el control accionario de la compañía, considera la conveniencia de llegar a una alianza estratégica con otro grupo, de manera de consolidar su presencia regional e internacional.

Finalmente llegan a un acuerdo con la firma Belgo Mineira, una importante empresa siderúrgica Brasileña. En virtud del mismo, la familia Acevedo le vende el 50% del paquete de control y comienza un gerenciamiento conjunto de Acindar.

Este acuerdo, a la par de permitir ingresos de capital, posibilitó un intercambio de experiencias tanto en lo técnico como en lo comercial, que evitaron un mayor deterioro económico, pese a la situación dramática que atravesaba el país.
Con posterioridad, Belgo adquiere el resto del paquete de control que detentaba la familia Acevedo. Además, nuevos aportes de capital realizados por esta firma, le da en este momento una tenencia del orden del 72% de las acciones de la compañía.

Cabe hacer notar que, a su turno, el control de Belgo lo tiene la firma Arcelor, que es el resultado de la fusión de las empresas Arbed de Luxemburgo, Aceralia de España y Usinor de Francia, ocupando hoy el segundo lugar como productor mundial de acero.

La recuperación de la economía en nuestro país y el notable repunte de precios del acero en el mundo han permitido revertir la situación y hoy Acindar ocupa nuevamente un lugar de privilegio en el sector industrial de la Nación.


Historia extraída de:
http://www.acindar.com.ar

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