martes, 30 de octubre de 2007

Historia de Banco San Juan S.A.


Banco San Juan abre sus puertas el 26 de abril de 1943, cinco días después de la asunción de su primer Directorio encabezado por Dn. Zacarías A. Yanzi. Fue creado por la Ley 859 sancionada el 19 de agosto de 1942 por la Cámara de Representantes presidida por el Dr. Horacio Videla y promulgada el 28 del mismo mes y año por el Gobernador Dn. Pedro Valenzuela y su Ministro Interino de Hacienda, Dn. Francisco Bustelo. El Art. 1° de la Ley de creación define a la entidad desde una filosofía innovadora para la época.

Dice así: "Esta sociedad tendrá por objeto las operaciones propias del giro bancario y las relacionadas con la organización y el funcionamiento de los créditos agrarios, industriales, mineros y de fomento del lote - hogar, sobre bases que armonicen con las necesidades de estas actividades".

Los primeros años: "El Banco San Juan, unido al dolor de todos los habitantes de la provincia resolvió - en asociación con los demás Bancos - reabrir sus puertas a los cinco días de ocurrido el sismo para satisfacer en lo posible las necesidades de su clientela, no obstante las inseguridades que ofrecía el edificio y contando para ello con el gesto heroico de su personal".

Este párrafo corresponde a la primera página de la primera Memoria del Banco. Si bien es cierto que en medio de aquella tragedia nadie podía sustraerse en San Juan a sus efectos y consecuencias, no es menos cierto que en el caso del Banco San Juan la actitud asumida rebasó ampliamente la mera atención de la circunstancia para poner de manifiesto su actitud de servicio a la comunidad.

El Banco instrumentó soluciones para las épocas difíciles de nuestro medio, que sin perder su carácter de operatorias bancarias, eran también solidarias. En aquellos primeros meses de 1945 se efectivizó un hecho que había sido postergado por el terremoto: la apertura de la Sucursal Caucete en Villa Colón.

En esos tiempos, la reconstrucción de la ciudad agregaba nuevas fuentes de negocios a la actividad económica produciendo un profundo cambio en nuestra capital y poco a poco para toda la provincia. Banco San Juan no sólo fue un actor importante en esa transformación, la impulsó atendiendo en primer momento a las empresas de construcción, protegió a la producción, ya sea agrícola, industrial o minera.

A la capacitación de su personal agregó una constante actualización de los sistemas de contabilidad y registración, incorporando en 1947 cinco máquinas de contabilidad, primer paso a lo que hoy es su sistema de registro por computadoras.

El año 1948 aparece como tiempo de consolidación y afianzamiento, dada la época de bonanza que atravesaba la provincia. Así es como a la Suc. Caucete se le agrega Jáchal, también con buenos resultados. En 1952 se registra un nuevo sismo que sin acercarse a la magnitud del sufrido en 1944, afectó a la infraestructura productiva (canales, caminos, etc.).

El Banco tomó la misma actitud que en primer terremoto y acudió en ayuda de sus clientes. Además, se debió abandonar el edificio dados los daños estructurales que había sufrido, trasladándose a otro local, mientras se iniciaba la construcción del nuevo edificio. Esta tarea es encomendada a la empresa I.G.E. Constructora Argentina Vicente Blasi. Los volúmenes de operaciones del Banco crecían a ritmo acelerado, apoyados en el crecimiento y la transformación de la provincia, que tenían como soporte los trabajos de reconstrucción de la ciudad y la expansión de la industria vitivinícola, aunque la inflación hacía ya crecer los valores nominales y la propia expansión del Banco que poco a poco iba a adueñarse de la clientela de sus competidores.

En la misma década se transforma en Sucursal la Delegación Albardón.
También se inicia el proyecto de apertura de una agencia en Capital Federal.
Ambas fueron inauguradas en 1959. La década del sesenta se inicia con buenos pronósticos para el Banco y la provincia.

Banco San Juan abre la Sucursal Pocito con asiento en la Villa Aberastain.
En 1962, el Directorio contrata los servicios de la Empresa Juan Jesús Fernández y Hnos. para construir el edificio propio destinado a la sede de la Sucursal Caucete y compra el terreno que se destinaría a la Agencia Buenos Aires.

Los años venideros no fueron benévolos con la provincia, y por ende su economía, que se vio seriamente comprometida dada la distorsión de los precios vitivinícolas (que por entonces ya se había convertido en el monocultivo del cual San Juan dependía) y la gran sequía por la que atravesó la provincia. San Juan estaba transitando una adversidad que dejó sus huellas negativas al frenar el desarrollo.

Esto obligó al Banco a poner esmerada atención en todas sus operaciones. Se inicia el proceso de innovación, incorporando servicios electrónicos de computación de datos evitando pérdidas de tiempo para el Banco y sus clientes.

En 1973, el Banco contaba con varias sucursales (Caucete, Pocito y Sarmiento) y tres delegaciones (Albardón, Jáchal y Rawson), además de treinta y tres entidades bancarias que actuaban como corresponsales en las distintas provincias.

En los años siguientes el Banco se proyecta internacionalmente, la apertura de la Suc. Buenos Aires trae aparejada la apertura hacia el exterior y a numerosos corresponsales, abriendo así el campo a veinticuatro países: Bélgica, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Holanda, Italia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

El 23 de noviembre de 1977 un nuevo sismo sacude a San Juan, causando cuantiosos daños en Caucete, en el sistema de regadío y en los caminos.

El Banco una vez más, estuvo presente en la instrumentación de la ayuda para la reconstrucción de su provincia. Se integró un Fondo Común por parte de la Asociación de Bancos de Provincia destinado a la reconstrucción del aparato productivo, puesto a disposición de Banco San Juan para su administración.

Además, se firmó un acuerdo financiero con el Banco Nacional de Desarrollo el cual también fue instrumentado a través de nuestro Banco. Los años venideros no iban a ser más benévolos con San Juan, que iba a padecer de su ya deteriorada economía.

El Banco, sin embargo, no iba a dejar de prestar todos sus servicios y su colaboración a productores y particulares. Además, mejoró su gama de servicios ofrecidos realizando el cobro de todo tipo de tasas, contribuciones y otras obligaciones fiscales, pago de jubilados y pensionados, pago del sector docente, pago de los agentes de la administración pública, etc. y todo esto no sólo en capital, sino en el resto de la provincia a través de sus sucursales.

Durante 1985 el cambio de signo monetario exigió una vez más al Banco un esfuerzo extra que incluyó la prolongación de sus horarios para brindar asesoramiento a usuarios y obligados. Esto también llevó a una mayor necesidad de capacitación de su personal.

En todos estos años de la década de los ochenta, en que la historia del Banco se parece a una historia circunstanciada por dificultades económicas, su personal jugó un papel decisivo. Su capacidad profesional y humana posibilitó en proporción considerable la correcta gestión bancaria y su sostenida expansión en el área de servicios.

En 1994, las circunstancias políticas en un marco económico complejo pusieron al Banco en una grave crisis financiera. Así es como, en 1996 nace Cobinpro, sistema de depósitos particulares interbancarios entre bancos de provincia con más de 1500 bocas receptoras.

Además se amplía la gama de servicios al público: pago de sueldos de empresas, acreditación de jubilaciones, recaudación para empresas privadas y entes públicos, etc. Además, se amplía la Red SOL de cajeros automáticos propios vinculándose a la Red Link.

Para absorber toda esta carga de nuevos servicios se informatizó totalmente la gestión administrativa del Banco, en orden a montar una estructura moderna y eficiente. En 1995, y en el marco del Programa de Reforma y saneamiento del Estado Provincial, se decidió la transferencia al sector Privado del 75% del capital accionario del Banco.

Para ello se celebró un convenio con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, que le proporcionó el Banco la asistencia financiera necesaria y se votaron los instrumentos legislativos necesarios para su privatización.

En la licitación se presentaron dos oferentes para la compra de las acciones representativas del 75% del total del capital del Banco. Estas fueron adjudicadas al grupo formado por Petersen,Thiele y Cruz S.A., Leccorp S.A., Banco Piano S.A., Transportes Automotores 20 de Junio S.A., Ing. Julio Nacusi, Industrias Chirino S.A. y Madcur S.A.

La adjudicación se realizó el 22 de noviembre por lo que debió realizarse un nuevo balance al 31 de octubre ajustando los movimientos realizados desde el Balance de transferencia, siendo ésta la base contable de la partida para el grupo adjudicatario.

En este proceso contó con el dictamen del Auditor Externo Pistrelli, Díaz y Asociados, corresponsales de Arthur Andersen.

El Banco de San Juan S.A. durante el transcurso del año 2000, consolidó su crecimiento proyectándose como un Banco líder del "Nuevo Cuyo", generando inmejorables condiciones para el desarrollo futuro del negocio.

Como el año anterior, volcó la mayor parte de su actividad a la atención de las necesidades de los individuos y de las pequeñas y medianas empresas dentro de las áreas de su influencia, logrando un importante posicionamiento estratégico en la región.

La evolución de los indicadores financieros y el resultado obtenido cumplieron con las expectativas del ejercicio, de acuerdo con las reestructuraciones realizadas tanto en lo referido a recursos humanos como en la reingeniería de los procesos operativos.


Historia extraída de:
http://www.bancosanjuan.com

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