jueves, 22 de noviembre de 2007

Historia de Chrysler


Años 20

Comenzó barriendo suelos en un taller ferroviario, y pocos años después llegó a diseñar su propio coche y a crear una de las grandes compañías automovilísticas mundiales. Es la trayectoria de Walter P. Chrysler, el hombre que supo ver el futuro en el automóvil.

Walter P. Chrysler

Walter Percy Chrysler siempre demostró tener las ideas claras y saber cómo ponerlas en práctica. Nació en 1875 en Ellis, Kansas. Tras graduarse trabajó como ayudante en un taller de la Union Pacific y con 20 años consiguió el título de mecánico oficial. En 1908 adquirió con un crédito el que sería su laboratorio: su primer coche. En 1910 ya era encargado en la Compañía Americana de Locomotoras. Pero su pasión era el automóvil y logró un trabajo menor en Buick. Esta fue la segunda inversión de su carrera. Convirtió a Buick en un fabricante de calidad y llegó a alcanzar un astronómico salario de medio millón de dólares. Tras abandonar Buick en 1920, siguieron cuatro años de gran actividad que culminaron en 1924 con la presentación de su propio coche, el Chrysler B-70.

Nace el Primer Chrysler

Tan rápidamente como recorrería las carreteras, el primer Chrysler toma forma definitiva. En abril de 1923 el motor superó los tests en el banco de pruebas. A finales de mayo ya estaba definido el diseño del chasis y de la carrocería. Inmediatamente se construyeron varios prototipos, uno de los cuales fue sometido durante 5 semanas a duras pruebas en carretera. Antes de finalizar el año el primer Chrysler B-70 de preserie (su nombre alude a la velocidad máxima en millas) viajó varias veces entre Detroit y Nueva York. El primer Chrysler estaba listo para entrar en el mercado.

Presentación del Primer Chrysler

Tras concluir el desarrollo de su coche, Walter P. Chrysler prevé presentarlo en el Salón de Nueva York que se celebraba en enero de 1924, pero la organización decide acoger sólo a modelos ya en producción. Para no desaprovechar la oportunidad, Chrysler instaló un gran stand en el amplio vestíbulo del Hotel Commodore, habitual punto de encuentro de periodistas, magnates y otros influyentes visitantes del Salón. Las noticias sobre el innovador Chrysler B-70 se expandieron rápidamente, atrayendo a miles de visitantes que sin pausa comenzaron a realizar los primeros pedidos.

Características del Chrysler B-70

El robusto motor de 3.300 cm3 y 6 cilindros tenía una elevada relación de compresión para la época: 4,7:1. Sus 68 CV a 3.000 rpm permitían una velocidad de crucero en torno a 70 millas (110 km/h), una cifra sólo conseguida por modelos exclusivos de muy alto precio. La fiabilidad quedaba asegurada por una bancada de siete cojinetes y la lubricación a alta presión.

Para Walter P. Chrysler las prestaciones eran sólo parte del todo. Un coche bien construido también debía frenar bien. El B-70 incluía sistema de frenos hidráulicos a las cuatro ruedas, en tanto que la mayoría de los fabricantes de la época se contentaban con imprevisibles frenos mecánicos. Ello supuso un trascendente avance en seguridad. Otras características destacables del B-70 eran la suspensión con amortiguadores y la completa instrumentación de serie.

El Exito del Chrysler B-70

Disponible en nueve tipos de carrocería, el B-70 pronto se convirtió en gran éxito. En 1924 se vendieron 32.000 unidades, una cifra hasta entonces no lograda por ningún otro automóvil durante su primer año de producción. Este sorprendente éxito de ventas estuvo apoyado por rotundas demostraciones en competición. El ganador de las 500 Millas de Indianápolis, Ralph DePalma estableció un nuevo récord en la subida al Monte Wilson al volante de un Chrysler. Y posteriormente recorrió 1.000 millas en 1.007 minutos.

El sueño de Walter P. Chrysler de crear un coche superior que llevase su nombre se había convertido en una sensacional realidad.

Años de Expansión

En 1928 Chrysler presenta la marca Plymouth. Con motor de 45 CV y 4 cilindros, el primer Plymouth sólo costaba 670 dólares. A pesar de este bajo precio fue el primero de su clase en incorporar frenos hidráulicos. Unos meses después, Chrysler adquiere la empresa Dodge Brothers fundada en 1914. Paradójicamente Dodge era entonces cinco veces más grande que la propia Chrysler. En 1929 Chrysler se consolida como una de las tres grandes compañías automovilísticas americanas.

Como centro y símbolo de la empresa, Walter P. Chrysler inicia la construcción en Nueva York del edificio Chrysler. Con sus 77 pisos era el más alto del mundo y en palabras de Chrysler representaba `la gloria de los tiempos modernos`.

Se definen las cuatro divisiones que integran la compañía: Chrysler, Dodge, De Soto y Plymouth.

Años 30

Walter P. Chrysler afirmaba que su objetivo no era vender coches, sino mejorarlos. Y a pesar de los años de depresión, Chrysler invertía en investigación como ninguna otra compañía. Una buena prueba de ello fue el Airflow. El automóvil que anticipó avances y tendencias que no se generalizarían hasta mucho después de una década.

Los Años de la Depresión

Incluso durante los años de la Depresión, Chrysler nunca perdió la iniciativa. En 1931 los nuevos Chrysler de 8 cilindros despertaron pasiones entre los más entendidos.

La Depresión obligó a muchos fabricantes a cerrar sus fábricas, pero gracias a la rápida política de ahorro y a la diversificación implantada por Walter P. Chrysler en los años de bonanza la empresa pudo superar las circunstancias. De hecho, con la sólida reputación de su ingeniería y la belleza de sus líneas, los automóviles Chrysler no sólo se situaban por delante de sus competidores, también parecían preparados para un futuro mejor.

Pequeños Grandes Avances

En 1930 todos los modelos Chrysler incorporan carrocería de acero y bomba de combustible que reemplazaba a la alimentación por gravedad. En 1932 Chrysler es la primera marca en introducir sistema de frenos asistido y en tratar la carrocería contra la oxidación. En 1939 Chrysler presenta la primera transmisión de acoplamiento viscoso.

Lo que el Airflow nos Dejó

El aerodinámico Chrysler Airflow de 1934 supuso un avance radical que trascendió a su época. Desde 1927 los ingenieros de Chrysler realizaban importantes investigaciones aerodinámicas, llegando a identificar que el perfil de lágrima no sólo reducía la resistencia al aire, mejorando la economía y las prestaciones, sino que también permitía integrar una célula totalmente de acero que ofrecía a los pasajeros una protección sin precedentes. El diseño fue sometido a pruebas en el túnel de viento y permitió tantas e importantes mejoras que la posibilidad de crear el utópico `coche del mañana` parecía estar muy próxima.

El Chrysler Airflow nació en 1934 como pura expresión de este concepto de ingeniería. Pero desgraciadamente el público lo percibió como excesivamente revolucionario. Era un automóvil superior, dinámico y eficaz, confortable y seguro, amplio y funcional. Pero el diseño que permitía todos estos avances chocaba frontalmente con los convencionalismos de la época.

Años 40

La II Guerra Mundial fue un interminable semáforo en rojo para el avance automovilístico. Las nuevas ideas se archivan ante la imposibilidad de llevarlas a la práctica, pero las energías y las inquietudes almacenadas tendrían expresión al final de la década y prepararían el camino para la revolución de los 50.

Los Últimos de la Preguerra

Tras la experiencia Airflow, Chrysler propone diseños más conservadores y en 1941 presenta el emblemático modelo Town & Country. Su carrocería en gran parte de madera reflejaba el sentir popular norteamericano de hacer del automóvil un segundo hogar.

Con un estilo opuesto, el último modelo antes de la entrada de EE.UU. en la II Guerra Mundial, el De Soto de 1942 incluía faros ocultos y transmisión semiautomática de cuatro velocidades.

También en 1942 los lujosos modelos Imperial incluyen elevalunas eléctricos accionados mediante un sofisticado sistema hidráulico.

Se Impone el Color Verde

Como consecuencia de la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial, la producción de turismos es interrumpida. En contrapartida, Chrysler construye 500.000 camiones para uso militar.

Al término de la guerra Chrysler reanuda la producción de turismos, pero los modelos de 1946 eran prácticamente similares a los de preguerra. En 1949 finalmente se presenta una gama totalmente nueva, como primicia los nuevos salpicaderos acolchados incrementan la seguridad. Y los nuevos diseños con traseras perfiladas ya preparaban el camino para la eclosión de estilo que vendría poco después.

Años 50

Más color, más potencia, más confort y, por supuesto, más tamaño. Superado el letargo bélico el coche se convierte en pura expresión vital, en un sueño individual que no entiende de límites. Durante estos años Chrysler lidera e impulsa el ideal del coche americano creando el estilo que otros sólo logran imitar y construyendo los motores más potentes de la época. ¿Alguien quiere más?

Más Seguridad, Más Confort

En 1950 Chrysler introduce los frenos de disco en las cuatro ruedas. Además, es el primer fabricante americano que ofrece elevalunas eléctricos en todos sus modelos. Un año más tarde también está disponible la dirección hidráulica en todos los turismos Chrysler.

La evolución del cambio automático no conoce pausa. En 1953 se presenta la transmisión automática PowerFlite. En 1956 aparece la transmisión automática Magic Touch activada con botones. Y en 1957 se ofrece de serie la nueva transmisión automática TorqueFlite, toda una innovación en su tiempo.

La Magia Hemi

En 1951 Chrysler presenta el legendario motor FirePower V8 con cámaras de combustión hemisféricas. Este primer motor de 180 CV fue inmediatamente valorado como uno de los grandes logros de la industria automovilística americana y representó un gran avance en el diseño de motores de serie.

Por el diseño de sus cámaras de combustión, este motor pronto recibió el apelativo de Hemi e inmediatamente se sitúo por delante de todos los V8 rivales gracias a su impresionante potencia a cualquier régimen de giro. Y a pesar de su complejo diseño, era todo un ejemplo de robustez y fiabilidad.

Chrysler era de nuevo la marca a batir en las carreras. Los motores Hemi obtuvieron numerosas victorias en competición, como el campeonato NASCAR de 1954. Y lo más impresionante fue el retorno de Chrysler a Le Mans de la mano de Briggs Cunningham. Compitiendo contra las marcas europeas, los Cunningham obtuvieron el tercer puesto en 1953 y 1954.

Con un progresivo incremento de su cilindrada y potencia, en años posteriores los nuevos motores Hemi llegaron a ofrecer hasta 390 CV, convirtiendo a los modelos Chrysler en los auténticos líderes de las carreteras y los circuitos americanos.

Tocando el Cielo

En 1955 Chrysler presenta el revolucionario diseño Forward Look. Se caracterizaba por las amplias aletas traseras, que parecían querer tocar el cielo, y una baja altura de la carrocería. Con el apelativo difundido en la campaña publicitaria de la época, de `El estilo de los Cien Millones de Dólares`, el diseño de Chrysler ofrecía una inconfundible sensación de movimiento, incluso con el coche parado, y definiría el diseño americano de los próximos años.

Modelos Denominados por Letras

A mediados de los 50, los motores Hemi impulsaban a toda la gama Chrysler y el diseño Forward Look hacía volar la imaginación. Partiendo de esta emocionante combinación de potencia y estilo, Chrysler presentó una serie de modelos que marcaron una era en el automovilismo americano.

Con una increíble potencia de 300 CV, el Chrysler 300 de 1955 estableció un nuevo nivel de prestaciones entre los coches de serie. Apodado la `Belleza Salvaje` por su mezcla de refinamiento y músculo, inmediatamente se convirtió en el coche a batir en los circuitos, dominando el campeonato NASCAR y batiendo numerosos records.

Chrysler decidió identificar la evolución de este modelo con la legendaria nomenclatura de letras. Y el público apenas tuvo tiempo de recobrar el aliento antes de que apareciese el 300C de 1957.

Prácticamente volando a ras de suelo con sus insinuantes aletas y sus dobles faros, los nuevos modelos eran mucho más bajos y manejables, gracias a su sistema de suspensión Torsión - Aire, que sustituía los voluminosos muelles. La inyección electrónica, el control de crucero Auto Pilot, el cierre centralizado y la transmisión automática accionada por botones hacían realidad el sueño del coche americano apenas inalcanzable en Europa.

La legendaria serie de modelos denominados por letras culminó con el 300L de 1965 y actualmente ha sido recuperada por el nuevo Chrysler 300M afortunadamente hoy sí alcanzable en Europa.

Música a Bordo

En 1955 Chrysler es el primer fabricante americano en equipar sus automóviles con radio de transistores. Un año después, el tocadiscos Highway Hi-Fi está disponible opcionalmente en todos los Chrysler. Al final de la década, Chrysler es el primer fabricante americano que ofrece un reproductor de discos de 45 rpm. Además, al igual que los actuales cargadores de CD, este sofisticado aparato tenía capacidad para almacenar 19 discos.

Años 60

“Aquí hay sitio para dos, e incluso para tres”. Se supone que es la frase que más solían pronunciar las familias americanas a la puerta de sus garajes.

En los hogares ya no bastaba con un coche y la producción se diversificó como nunca. Chrysler fue destacado protagonista en dos nuevos segmentos, el compacto, habitualmente para ellas, y el deportivo, habitualmente para los hijos.

Además, Chrysler también continuó sus investigaciones en energías alternativas estableciendo una innovadora relación directa con los usuarios.

Propulsión por Turbina

En su continua búsqueda de una propulsión más eficiente, los ingenieros de Chrysler habían desarrollado motores de turbina desde 1954. Tras varias evoluciones, los modelos de 1963 eran atractivos coupés que se conducían con una silenciosa suavidad. Chrysler decide entonces construir 51 vehículos propulsados por turbina para ser probados por clientes seleccionados. Durante tres años, unos 200 clientes tuvieron a su disposición durante varios meses uno de los coches para someterlos a prueba en condiciones reales. Los resultados demostraron que si bien los conductores estaban encantados con la suavidad y el estilo, la turbina era demasiado sedienta y lenta al acelerar. Sin embargo, fue una valiosa exploración de fuentes alternativas de energía.

Formato Europeo

Con la presentación en 1960 de los modelos Valiant, Chrysler toma posiciones en el emergente mercado de coches compactos. Frente a las dimensiones de sus hermanos, el Valiant se aproximaba al concepto europeo, pero mientras en Estados Unidos era un coche pequeño, en Europa se medía entre los grandes, tal como ocurrió con el Dodge Dart fabricado desde 1964 en España.

Un Estilo más Sereno

El diseño de los 60` era opuesto al de los 50`. Y prueba del cambio fueron las traseras sin aletas en los Chrysler de 1962. Los modelos de 1963 avanzaban aún más en esta dirección mostrando un claro perfil en cuña.

Chrysler tomó la delantera en la construcción autoportante sin el tradicional chasis, además del menor peso, los beneficios también incluían una superior manejabilidad y estabilidad.

A final de la década la cilindrada máxima de los motores aumentó hasta los 7.200 cm3, pensando más en cumplir las futuras normas sobre emisiones que en términos de potencia. Pero este aumento unido al voluminoso estilo indicaba la filosofía para abordar una nueva era: hacerlo todo más grande.

Años 70

Hasta ahora el automóvil había avanzado con total libertad, nada ni nadie había interferido en su evolución. En los setenta la situación cambia radicalmente. La crisis del petróleo y las estrictas medidas anticontaminación crearon un panorama quizá menos emocionante, pero sin duda más racional.

Así, en los modelos líderes de ventas de Chrysler, el peso, la seguridad y la economía tienen un protagonismo que los clientes saben valorar.

Como representantes del exultante pasado, los “Muscle Cars”, una derivación radical y genuinamente americana de los deportivos, se extinguieron tan rápidamente como antes recorrían las carreteras.

Puro Músculo

Entre mediados de los sesenta y principios de los setenta se extendió una raza de automóviles en los que sólo importaban dos cosas: ser potentes y parecerlo. Eran los llamados `Muscle Cars`. Con su amplia experiencia en competición Chrysler también lideró este mercado. Un buen ejemplo es el exuberante Plymouth Superbird, un verdadero ejemplar de carreras NASCAR para uso cotidiano. Con su inmenso spoiler trasero y su frontal perfilado el Superbird prometía prestaciones impresionantes y de verdad que las conseguía: ¡era capaz de superar los 320 km/h!

El Origen del ABS

En 1971 Chrysler introduce en los modelos Imperial el sistema de frenado anti derrapante denominado `Four-Wheel Sure Brake` como parte del equipo opcional. Todo un antecesor del actual ABS.

La Crisis del Petróleo

Chrysler disfrutaba de uno de los mejores años de su historia cuando en octubre de 1973 los países de la OPEP decretaron el embargo del petróleo. Como el resto de fabricantes americanos, Chrysler sólo disponía de coches grandes. Además, la crisis petrolífera coincidió con una nueva normativa sobre contaminación y con unos nuevos índices restrictivos de la potencia bruta que incidían sobre uno de los tradicionales puntos fuertes de Chrysler.

En 1975, Chrysler reaccionó con la presentación de un llamativo modelo del segmento mediano de lujo. El atractivo Cordoba era el Chrysler más pequeño desde hacía décadas. A medida que la crisis de combustible se suavizó, las ventas de Chrysler se recuperaron, principalmente gracias al Cordoba y a un nuevo modelo del segmento medio, el aún más pequeño LeBaron. Ambos modelos demostraron que Chrysler podía ofrecer un elevado nivel de lujo y eficacia en coches de dimensiones contenidas.

Años 80

La profunda crisis económica de inicio de los ochenta obligó a agudizar el ingenio y a buscar nuevas formas de expresión para el automóvil.

La invención por Chrysler del concepto monovolumen marcó un antes y un después en las carreteras americanas y después europeas. Y las soluciones en seguridad y ecología siguieron imponiéndose de tal modo que el automóvil comenzó a parecerse en gran medida a lo que es hoy.

La Era Iacocca

Nombrado Presidente y Director General de Chrysler Corporation en 1979, Lee A. Iacocca se enfrentó a la difícil misión de superar la profunda recesión de la época. La primera respuesta fue la `Serie K` una gama de automóviles compactos presentada en 1982. El Dodge Aries y el Plymouth Reliant obtuvieron un éxito inmediato, permitiendo a Chrysler mirar al futuro con optimismo.

La Invención del Monovolumen

De nuevo una genialidad abre nuevos horizontes. Era 1984 y el mercado recibe sorprendido un nuevo modelo de Chrysler que no se parecía a nada de lo existente. Se trataba del Voyager, el primer ejemplar de un nuevo concepto basado en la amplitud y la versatilidad. Partiendo de la plataforma de un turismo, los requisitos básicos de esta revolucionaria fórmula eran capacidad para siete pasajeros con su equipaje y la posibilidad de aparcar en un garaje normal.

Tras dieciséis años de liderazgo mundial y más de 8 millones de monovolúmenes vendidos, Chrysler ha presentado en este segmento 38 primicias y ha obtenido más de 130 premios como reconocimiento a su impresionante gama de monovolúmenes.

Nuevas Alianzas

En 1985 Chrysler y Mitsubishi establecen la compañía Diamond Star Motors dedicada a la construcción de coches pequeños en Illinois. En 1987 Chrysler adquiere la American Motors Corporation por 800 millones de dólares. Por volumen, AMC era el cuarto fabricante americano y posteriormente se convertiría en la actual división Jeep. Por último, en 1989 Chrysler establece un acuerdo con la firma austríaca Steyr Daimler Puch para producir monovolúmenes en Europa.

Airbags de Serie

En 1988 Chrysler es el primer fabricante americano que incorpora airbags como equipamiento de serie.

Años 90

Tras dos décadas que sirvieron para establecer una nueva escala de valores, en los noventa el automóvil ya había asumido totalmente su nuevo rol en la sociedad, ¡y de nuevo era posible el despliegue! Para ello, Chrysler explora como nadie nuevos caminos. Y aplicando la filosofía “Del Concepto a la Realidad” presenta en tiempo récord desde deportivos de ensueño hasta las más funcionales y avanzadas berlinas.

Diversificación, armonía entre pasado y futuro y una visión más universal del automóvil, Chrysler hace suyas estas premisas y traza las bases para un futuro que acaba de comenzar.

Pasión Deportiva

En 1993 se comercializa el Dodge Viper, un roadster pura raza con motor V10. Es el primer modelo creado según la nueva filosofía de Equipo de Plataforma, un grupo de trabajo compuesto por gerentes y especialistas de cada disciplina dedicados al desarrollo de un automóvil. Gracias a esta filosofía, el Viper pasó en un tiempo récord de ser un prototipo a ser producido en serie. Y prueba de su innovadora concepción son sus actuales éxitos en el campeonato GT2.

En 1996 Chrysler presenta el Viper Coupé y el Prowler. Como auténtico heredero del estilo “Hot Rod” el Prowler prescinde de todo lo accesorio y cautiva por sus sencillas líneas y sus impresionantes prestaciones.

El Concepto Cab Forward

A mediados de la década, Chrysler presenta en una nueva generación de automóviles el concepto Cab Forward (habitáculo adelantado). Al reducir el espacio para el motor y aumentar la distancia entre ejes, se disfruta de mayor amplitud interior y de un comportamiento más preciso y confortable.

Nace DaimlerChrysler

El 6 de mayo de 1998 el Presidente de Daimler-Benz AG, Jürgen E. Schrempp y Robert Eaton, Presidente de Chrysler Corporation, firman la alianza de ambas compañías constituyéndose DaimlerChrysler. Una compañía innovadora en las más diversas áreas que cuenta con 428.000 empleados y opera en más de 200 países.

Motor de Futuro

Chrysler es líder en el desarrollo de la nueva tecnología de célula de combustible basada en el proceso inverso a la electrólisis, es decir, la obtención de energía eléctrica mediante la fusión de hidrógeno y oxígeno.

Partiendo de la experiencia adquirida con el Intrepid ESC de 1996 y el ESX2 de 1998, el ESX3 presentado en enero de 2000 mide casi cinco metros pero sólo consume 3,3 l/100 Km. en ciclo combinado ciudad/carretera.

El ESX3 combina un eficaz motor diesel, un motor eléctrico y una innovadora batería de litio. Su carrocería presenta otra determinante innovación, una tecnología termoplástica de inyección - moldeado que aporta significativas mejoras en resistencia, color y costes. El ESX3 pesa sólo 1.022 kg, cumple todas las normas norteamericanas de seguridad y ofrece la amplitud y el confort de una gran berlina actual. Además, el vehículo es reciclable en más del 80%.


Historia extraída de:
http://www.chrysler.es

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