viernes, 9 de noviembre de 2007

Historia de Club Atlético Racing Club


El Nacimiento

A fines de 1900, Pedro Werner, un joven estudiante del Colegio Nacional Central, se apasionó de tal forma por el fútbol que fue incitando a sus compañeros a volcarse a ese deporte. El 12 de mayo de 1901 se realizó una reunión en la casa de Félix Cirio, en Saavedra 307. Allí se instituyó el Foot Ball Club Barracas al Sur. La mesa directiva quedó compuesta de la siguiente manera: presidente, Pedro Werner; secretario, Alfredo Lamour; tesorero, Salvador Sohorondo; y los demás miembros presentes fueron vocales.

El espíritu temperamental de Werner motivó ciertas fricciones. En marzo de 1902 eclosionaron las cuestiones internas por el color de la camiseta. Werner quería hacerla a rayas negras y amarillas. Artola y Evaristo Paz deseaban que fuese de tono colorado. Finalmente, no hubo reconciliación y la institución se disoció. Y el 16 de marzo se fundó Colorados Unidos. La mesa directiva estaba integrada por Artulo Artola, presidente; Evaristo Paz, secretario; Alfredo Guzmán, tesorero. Con este nuevo club se fueron cuarenta socios y con el Barracas quedaron diez. Vidaillac y Oyarzábal estaban al margen de todas las polémicas y pertenecían a ambas instituciones. Hasta que se produjo el milagro, a pesar de ser hombres de temperamento dominante y orgullosos. No obstante, sus inteligencias le permitían vislumbrar opciones de crecimiento institucional con la fusión.

Fue en el Mercado de Hacienda, o en la Feria de Ganado. En Alsina y Colón. Eran las primeras horas de la tarde del glorioso 25 de marzo de 1903. El señor Juan Ohaco, padre de dos excepcionales jugadores, dio su anuencia para que allí se celebrase la reunión. En total eran unos cincuenta asociados de cada bando. Primero habló Werner y hubo silencio. Después habló Artola, hubo silencio y llegó el entendimiento. Y el silencio significó la alegría. De allí en adelante, la historia es conocida.

El Nombre

Aquel 25 de marzo, una de las primeras dudas que se plantearon fue el nombre que llevaría la institución. Germán Vidaillac aportó una solución que conformaría a los reunidos ya que muchos de ellos habían integrado las efímeras comisiones del Club Atlético Argentino, del Colorado del Sud y de otros. Pero era necesario un nombre original, distinto y atractivo. Vidaillac, de ascendencia francesa, mostró a la concurrencia una revista de automovilismo del país europeo. En la tapa, surgió el nombre: RACING y fue unánimemente fue adoptado. Así nació RACING. Y gracias a esa fortuita circunstancia, ese glorioso nombre aún perdura.

Un club sin ingleses

El nacimiento de Racing fue bien diferente al resto. El núcleo de fundadores era "made in Argentina" y todos de Avellaneda. ¡Veinte criollos que querían a toda costa quitarle la supremacía a Gran Bretaña! Y lo lograron. Ellos fueron Alejandro Carbone, Raimundo Lamour, Ignacio Oyarzábal, Pedro Viazzi, José Guimil, Julio Planisi, Leandro Boloque, Pedro Werner, Juan Sepich, Alfredo Lamour, Arturo Artola, Germán Vidaillac, Alfredo Paz, Bernardo Echeverri, Evaristo Paz, Francisco Balestrieri, Enrique Pujade, Elías Calmels, José Paz y Salvador Sohorondo. Eran todos criollos. Héroes en la gran cruzada que se llamó el 25 de marzo y para siempre, RACING CLUB.

El primer Presidente

Arturo Artola permaneció en el poder presidencial durante un año. Veinte socios, bajo su tutela, inmortalizaron el nombre de Racing Foot Ball Club en la historia de nuestro fútbol. Largos diálogos en la quinta "Los tres ombúes", de los hermanos Lamour, tornearon y dieron límites al proyecto del club de fútbol. De allí salió la primera formación de la comisión directiva y surgió el nombre de Arturo Artola. Aquel 1903 fue duro y el real mérito de Racing fue haber sobrevivido gracias a veinte muchachos conducidos por Arturo Artola.

La camiseta

Cada socio tenía su camisa blanca y con ella podía identificarse en cada encuentro. Pero en una reunión celebrada el 23 de julio de 1904 se dispuso darle al Racing Foot Ball Club sus propios colores. Hubo tres mociones: una casaca negra y amarilla; otra verde y blanca y otra azul y blanca. Triunfó la primera de ellas, pero no convenció por su similitud con los colores de Penarlo y sólo duraron una semana. Entonces, Alejandro Carbone propuso confeccionar una camiseta a cuadros celestes y rosas; y la propuesta gustó. Y éstos fueron los colores distintivos de Racing de la primera década del siglo. Un tiempo después llegaría el glorioso tono albiceleste.


Historia extraída de:
http://laacade.geoscopio.net

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